08/05/2024
07:37 AM

No se detiene

Roger Martínez

Cuando ya ha transcurrido la cuarta parte del año es común oír decir que el año va volando. Y es cierto: los días, las semanas y los meses pasan veloces, sin que a veces seamos capaces de reflexionar sobre la manera en que estamos aprovechando el tiempo o si solo nos dedicamos a matarlo; y eso de “matar el tiempo” es un delito que debería ser penado por la ley.

Y aprovechar el tiempo no solo consiste en mantenernos ocupados, en movernos, en ir de un sitio a otro. El tiempo bien aprovechado es aquel en el que procuramos trabajar a conciencia, en el que ponemos todo el esfuerzo que nos es posible para hacer bien las cosas, en cuidar lo que hacemos hasta en su último detalle. El chambón, el chapucero, por mucho que haga ruido, no sabe aprovechar el tiempo, porque, al final, el resultado de su labor no será la esperada y, muchas veces, será inútil.

Tampoco hay que olvidar que trabajo no solo es aquella actividad por la que recibimos algún tipo de remuneración o recompensa; toda actividad que implica cierto esfuerzo ya es trabajo. Por eso debemos hacer siempre lo posible por buscar la perfección en todo lo que hagamos: preparar los alimentos, regar las plantas, lavar el carro o conducirlo, ordenar la habitación, limpiar o sacudir. Las personas somos una unidad, no estamos divididos en compartimientos estancos, de ahí que sería raro que fuéramos ordenados y eficientes en la oficina y desastrosos en la casa.

Ahora que hemos comenzado abril, en este 2024 que no se detiene; como tampoco se detuvo el 2023 ni se detendrá el 2025, debemos hacer una pausa, aunque sea breve, para analizar si solo estamos consumiendo aire, o quitándole la paciencia a los demás, u ocupando un espacio en el universo, sin tener un plan de vuelo, un proyecto de mejora personal, un norte hacia el que apuntar.

Los días, las semanas, los meses y los años pueden transcurrir sin que produzcan un efecto positivo en nosotros. Y, lo he dicho y lo repito, no somos islas y lo que hacemos impacta en los demás, para bien o para mal. De modo que lo que hagamos para ser mejores personas influirá positivamente sobre los que nos rodean, y el tiempo que perdamos o la dejadez en nuestro comportamiento lo hará negativamente.

Así que, antes que se termine abril, veamos hacia atrás, y, sin lamentaciones, rectifiquemos la ruta si estuviera torcida para luego mirar hacia adelante, que es lo que importa y lo que le dará sentido a nuestra vida y a la de los demás: familia, colegas y amigos.