Libros de autoayuda y finanzas son los que más leen los hondureños

San Pedro Sula, Honduras.

La tasa de analfabetismo en Honduras, según cifras oficiales, se sitúa en un 12%, lo que significa que un considerable porcentaje de la población carece de habilidades básicas de lectura y escritura.

A pesar de la urgencia de promover la lectura, este desafío persiste no solo en el ámbito educativo nacional, sino también en toda la sociedad hondureña, que cuenta con una población de 9.8 millones de habitantes, según muestra el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su portal web de información.

De acuerdo con una encuesta llevada a cabo el año pasado en Latinoamérica por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), en Honduras, el 57.1% de la población rara vez o nunca lee, y sorprendentemente, el 69.6% de las personas encuestadas no leyó un libro en el último año. Desde entonces y a la fecha, las mejoras en esta área han sido mínimas, lo que sugiere que el país continúa estancado en cuanto a la promoción de lectura, señalan diversos académicos.

La ausencia de hábitos de lectura en Honduras se atribuye a diversos factores, entre ellos la dificultad para acceder a libros y la falta de fomento tanto en el entorno familiar como en centros educativos.

Esta situación plantea un problema fuerte para bibliotecas y librerías del país en su aspiración de no desaparecer; sin embargo, datos de la misma encuesta revelaron que la mayoría de personas argumentan que la no lectura se debe principalmente a la falta de tiempo debido a compromisos laborales y académicos. En contraste, se observó que aquellos que sí tienen el hábito lo hacen principalmente por motivos de enriquecimiento cultural y aprendizaje, así como para disfrutar del entretenimiento y apoyar sus labores profesionales y académicas.

Este hallazgo sugiere que, aunque hay obstáculos, aún existe un interés en esta como medio de crecimiento personal y profesional.Estimaciones apuntan que la media de lectura diaria entre quienes lo hacen es de casi dos horas, lo cual refleja un compromiso con la lectura entre aquellos que mantienen este hábito.

A pesar de los avances tecnológicos que han transformado diversos aspectos de nuestras vidas, incluyendo la forma en que accedemos a la lectura, todavía se estima que el formato más popular para leer libros en Honduras es el papel, en lugar de los dispositivos digitales.

La mayoría de los lectores adquieren sus libros principalmente a través de librerías físicas, aunque también existe una presencia importante en línea y otros lo hacen durante eventos como ferias o festivales de libros. En San Pedro Sula, librerías como Cultura y Metronova son reconocidas por su oferta de libros, mientras que en Tegucigalpa, lugares como San Antonio, Navarro y Mundo Literario son destinos populares para amantes de la lectura.

La encargada de la histórica librería Cultura, Karla López, destacó que los cambios en la malla curricular del sistema educativo hondureño han impulsado la demanda de libros, ya que ahora se requiere que cada estudiante lea cuatro libros al año. A pesar de los retos que presenta la competencia digital, considera que las estrategias de promoción han contribuido al aumento sostenido en ventas de libros desde el año 2023.

“Vienen muchos estudiantes, jóvenes y adultos a comprar libros de autoayuda y financieros. La compra de libros es fluctuante, baja y sube por temporadas, pues aunque existe una amenaza por lo digital y el desinterés en muchos casos, buscamos estrategias para lograr comercializarlos”, apuntó López.

Entre los libros hondureños que más se venden representan a autores hondureños destacados como Ramón Amaya Amador y Froylán Turcios, y en menor medida a otros talentos como Carlos Cálix, Julio Escoto y Geovany Rodríguez, entre otros. Además, los libros de motivación, finanzas y novelas románticas son los más demandados actualmente en el mercado hondureño de acuerdo con sondeos hechos por este medio de comunicación en diferentes librerías. A nivel internacional, los escritores como John Maxwell y Roberto Kiyosaki son populares entre los lectores hondureños.

Entre los libros que tienen una alta demanda entre niños y adolescentes se encuentran clásicos de la literatura como El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry; Un capitán de 15 años, de Julio Verne ; Crónica de una muerte anunciad”, de Gabriel García Márquez. Estas obras no solo son populares entre el público joven, sino que también son reconocidas por su calidad literaria y su capacidad para cautivar a lectores de todas las edades.

Entre los libros de motivación más populares y vendidos se encuentran obras como La Cabaña, de William Paul Young; La Búsqueda, de Blanca Miosi, El vendedor más grande del mundo, de Og Mandino, y El hombre más rico de Babilonia, de George S. Clason. Estas obras ofrecen inspiración y enseñanzas prácticas para el crecimiento personal y financiero, atrayendo a lectores en busca de motivación y orientación para mejorar sus vidas.

En cuanto a ventas en línea, predominan los libros instructivos de carácter educativo, que cubren una amplia gama de temas, desde habilidades profesionales hasta desarrollo personal y académico.

Gabriel Fiallos, presidente del grupo Tintero Catracho, que congrega a numerosos artistas, especialmente escritores, reconoce el valor de la interacción del autor con su público en la promoción de libros. “En las librerías se observa una tendencia a promover más los libros de personas famosas en comparación con los autores hondureños”, cuestionó Fiallos.

“La velocidad de lectura varía según la atracción que genere el libro, algunos lectores lo devoran en horas o días, mientras que otros lo disfrutan a un ritmo más pausado”, añadió. Estimaciones de Tintero Catracho indican que menos de 100 escritores hondureños viven exclusivamente de este rubro, y que de cada 100 personas, solo a tres les gusta leer.

Respecto a los libros de autoayuda o financieros, aclaró que, aunque su intención es ayudar a superar situaciones personales, estos libros por sí solos no pueden reemplazar la terapia psicológica profesional.

“La lectura de un libro no garantiza resultados prácticos, muchos buscan hacerse millonarios y después en la práctica no lo logran, lo que sucede es que los interpretan de manera literal; es decir, no significa que la fórmula que me funcionó a mí le funcionará al lector”, especificó en su análisis.

Las principales librerías del país experimentan un promedio de venta diaria de alrededor de 50 libros. Además, es el público femenino el que destaca como el grupo demográficos más activo en la adquisición y lectura de libros. Muchos de los visitantes a las librerías son clientes recurrentes, y para mejorar la experiencia del usuario, algunas ofrecen servicios de entrega a domicilio, lo que facilita aún más el acceso a libros y fomenta la continuidad en la práctica de la lectura.

German Funes, docente del área de español en la Universidad Privada de San Pedro Sula (USAP), expresó que, por años, la lectura se ha convertido en una preocupación para hondureños, afectando a personas de todas las edades, especialmente a niños y jóvenes.

“A menudo, realizamos prácticas donde se fomenta la lectura de libros nacionales como Blanca Olmedo y Prisión Verde, para desarrollar el proceso cognitivo, estimular la imaginación y mejorar la adquisición del lenguaje. Además, buscamos no solo que se lean estas obras, sino que se dramaticen en teatralmente para llegar a educandos y enfatizar la importancia del análisis y la comprensión del texto”, explicó el catedrático universitario.

“No hay una cantidad específica de libros que debamos leer, la lectura nos transporta a un mundo imaginario que despierta emociones e intereses. Es esencial encontrar un espacio cómodo para y establecer el hábito de leer un libro completo en un período de tiempo determinado”, ejemplificó.

Funes Enamorado pormenorizó que es un desafío para los profesores de español cuando llegan as las aulas y se chocan con esta realidad. Recomendó dejar de lado las redes sociales y dedicar más tiempo a la lectura, ya que estas pueden convertirse en distracciones que sustituyen los buenos hábitos.

“La lectura nos ayuda a explorar nuevos espacios, a ser más comunicativos y a comprender cualquier contexto de la vida. Es fundamental comenzar a leer y a describir este vasto mundo de la lectura, ya que al leer un libro, no solo estamos contribuyendo al conocimiento, sino también al enriquecimiento personal”, reflexionó el docente.

Costa Rica es el país de la región que hoy por hoy está mejor posicionado en Centroamérica en cuanto a evaluación internacional respecto a la lectura, otro país destacado es Panamá. Los que están abajo en la tabla son Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

De acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA), en cuanto a libros leídos en el año, las estadísticas son alarmantes: aproximadamente el 69.5 % no lee ningún libro al año, el 22.4% lee entre uno y cuatro libros anualmente y solo el 7.3 % de la población lee más de cuatro libros.