Un nuevo hospital para Roatán tardará de 16 a 18 meses

SAN PEDRO SULA

De la noche a la mañana, la isla de Roatán se quedó sin su hospital público. El viernes, al filo de las 10:00 pm, un pavoroso incendio que comenzó en la parte trasera del vetusto recinto redujo a cenizas toda la instalación.

A través de redes sociales se pudo vivir junto con los isleños el horror no solo de perder el único hospital público, sino de ver cómo decenas de pacientes eran sacados del lugar para salvaguardar sus vidas.

El fuego no perdonó la vieja instalación, que antes alojó el centro de salud y que ocupa un predio de casi una manzana en el barrio El Centro de Coxen Hole, cabecera departamental de la isla.

Aunque aún se desconocen las causas del siniestro, “al parecer pudo derivarse de un cortocircuito”, dijo la ministra de Salud, Carla Paredes, quien el sábado llegó a la isla en compañía del ministro de la Secretaría de Infraestructura (SIT), Octavio Pineda, ministros como los de Turismo, Copeco y Sedesol y otros que llegaron antes.

Paredes instruyó realizar el envío de medicamentos e insumos correspondientes al segundo trimestre de 2024 para suplir a todos los establecimientos de salud de la zona.

Ayer llegaron 30 toneladas de medicinas e insumos clínicos en una embarcación de la Fuerza Naval. También llegaron tres hospitales móviles temporales: uno de Copeco y dos de la Cruz Roja, que pondrán a funcionar cuanto antes.

Asimismo, se activó el comité de crisis para dar respuestas rápidas, harán vigilancia epidemiológica para detectar y controlar posibles riesgos a la salud de la población, mientras que los pacientes graves se trasladarán a otros establecimientos sanitarios del país. Además, se recogerán donaciones para suplir de suministros no médicos a las brigadas instaladas en la isla.

Ron McNab, alcalde municipal, dio a conocer otras de las medidas implementadas dada la calamidad que enfrenta el pueblo isleño por la falta del único hospital público de la localidad.

En sesión de Corporación declararon emergencia para facilitar la búsqueda de respuestas y soluciones con el fin de hacerle frente a la emergencia y la tragedia que ahora enfrentan.

Junto con el comité de emergencia municipal (Codem) y el comité similar de la Secretaría de Salud, que también integran la Secretaría de Infraestructura, la alcaldía de Roatán, Fuerzas Armadas, entre otras instituciones, tomaron decisiones para que la población tenga un lugar donde acudir.

En el marco de estas decisiones se tomaron acciones a corto, mediano y largo plazo. Para la primera se identificaron dos predios para la instalación de centros de salud móviles que pueden ser instalados en un corto tiempo.

También se firmó un acuerdo con el hospital privado Wood Medical Center para que preste atención general a la población. Este acuerdo se suscribió entre el Wood y la Secretaría de Salud para que ellos den todos los servicios en general a toda la población, tal como funcionaban en el hospital público.

En paralelo, se estarán fortaleciendo los centros de salud en todas las comunidades para poder atender al pueblo más cerca de donde viven y así no tengan que llegar a los hospitales.

En otro predio que fue identificado junto con el ministro de la SIT, Octavio Pineda, se construirá un centro de atención de necesidades básicas de salud con el fin de solucionar la falta de un hospital de manera inmediata, en corto y mediano plazo.

Desde 2017, en la isla comenzó el sueño de tener un nuevo y más completo hospital público. La obra pudo comenzar con donaciones, actividades y fondos municipales en el tiempo del entonces diputado, y luego alcalde, Jerry Hynds. Se previó entonces que costaría 124 millones de lempiras.

Los primeros dos millones de dólares (49 millones de lempiras) los donó el archimillonario Kelcy Warren, amigo personal de Donald Trump y dueño en Roatán de la empresa eléctrica Reco.

Hace dos años, cuando José Manuel Mathew era ministro de Salud, visitó el proyecto y prometió 100 millones de lempiras para culminar el recinto, pero en la actualidad el hospital, que ya está pintado, necesita toda la logística y equipos hospitalarios.

En el marco de la emergencia, tanto el alcalde McNab como las autoridades estatales han hablado de construir un nuevo hospital y no se han referido al que ya se encuentra avanzado.

En una comparecencia pública dirigida al pueblo isleño, el jefe edilicio dijo que el objetivo principal a raíz de la emergencia por el siniestro es la culminación del hospital nuevo (pero no aclaró si es el que está en marcha o un segundo iniciado de cero).

Y añadió: “Se logró que se acelere el proceso de licitación del nuevo hospital y que así se adjudique el proyecto y se dé la orden de inicio de la construcción”.

“Con eso esperamos que podamos empezar lo más rápido posible la construcción del nuevo hospital, pero siempre va a tardar de 16 a 18 meses la construcción del nuevo hospital. Esa es la solución a largo plazo”, precisó McNab. AL respecto, la ministra Paredes habló de un nuevo proyecto, el cual avisó comenzará a ser construido en mayo.

Mientras eso sucede, llamó a los isleños a la calma y ser prudentes. “Recuerden que ahorita la atención médico-hospitalaria no es la mejor porque no contamos con las operaciones del hospital público. Llamo a que todo el pueblo de Roatán sea prudente, que no haga cosas innecesarias”.

Durante la sesión de Corporación también se reformaron algunos artículos del Plan de Arbitrios, relativos a los horarios de operación de algunos negocios y los permitidos para la venta de bebidas alcohólicas en algunas zonas del municipio. Esto es debido a que han visto que en todos los hechos de violencia y accidentes, después de ciertas horas de la noche, el consumo de alcohol es un factor predominante.

“Hemos tomado esta decisión para tratar de prevenir lesionados, accidentes de tránsito y así no saturar el hospital, que está dando los servicios de salud en estos momentos, ya que solo cuenta con la mitad de la capacidad que contaba el hospital público y tenemos que tener mucho cuidado para no saturarlo y darle mal servicio a la población”, aseveró.

El alcalde aclaró que no existe toque de queda, pero se pidió la suspensión de cualquier acto o celebración pública, más en estos días, en que “nos sentimos que estamos de luto por la pérdida de esta infraestructura tan vital para nosotros”. Añadió que el municipio no cuenta con los recursos para resguardar a la población, ya que en este tipo de celebraciones siempre existe la posibilidad de que salga gente lesionada o que necesita atenciones médicas, es mejor prevenir que lamentar.