Es un mundo de estafa en línea

Más de 600 mil casos de estafas costaron más de 2,000 millones de dólares en Estados Unidos en 2023.

Foto: Toma Vagner

En el mundo del internet se está rodeado de estafadores.

jue 25 de abril de 2024

Por: Steven Kurutz/The New York Times

Abres los ojos y buscas tu teléfono. Revisas tu bandeja de entrada y descubres docenas de correos electrónicos basura.

En Instagram, encuentras una solicitud para una presunta colaboración de marca en tus mensajes directos. Mientras tanto, tus notificaciones de WhatsApp consisten únicamente en extraños que te piden que inviertas en una bolsa de criptomonedas.

Un gerente de reclutamiento te contactó vía LinkedIn para decirte que está “impresionado con tu trayectoria única” y que desea platicar sobre “oportunidades laborales interesantes” en varias empresas de Fortune 500.

En las redes sociales, ves a Tom Hanks promocionando un plan dental y a Taylor Swift promoviendo una rifa de utensilios de cocina. (O al menos eso es lo que parece estar sucediendo).

Más tarde, recibes una alerta de texto de FedEx, con un número de seguimiento y una liga para actualizar sus preferencias de entrega —excepto que no recuerdas ningún envío pendiente de llegar.

¿Deberías hacer clic en la liga? ¿Contestar esa llamada? ¿Indagar lo de ese empleo?

Bienvenido al mundo de la estafa. Está lleno de estos mensajes de texto falsos, llamadas basura e intentos de phishing.

En el mundo de la estafa, cualquier interacción con un extraño es un riesgo. Gracias a la suplantación de identidad, que oculta la identidad y la ubicación de la computadora o el teléfono que se utiliza, una llamada podría ser de un acomedido agente de servicio al cliente o de un ciberdelincuente haciéndose pasar por uno.

Toda faceta de la vida diaria ahora aparentemente viene con su estafa correspondiente —hasta la muerte, cuando los detalles en los obituarios en línea resultan en robo de identidad. Y la idea de que podamos ser engañados en cualquier momento “nos hace sentir vulnerables”, dijo Pamela Rutledge, directora del Centro de Investigación de Psicología de los Medios, en Boston.

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En la actualidad dependemos de Internet para prácticamente todos los aspectos de la vida diaria. “Estamos en la computadora”, dijo Rachel Tobac, directora ejecutiva de SocialProof Security, una empresa de ciberseguridad.

Vivir nuestras vidas en línea ha generado una confianza mal depositada, pero necesaria. Sería difícil utilizar TikTok, Uber y Gmail todos los días creyendo que hacerlo genera un riesgo peligroso.

Pero “un ámbito digital crea un embudo más grande —a menor costo— para las estafas”, dijo Cory Doctorow, periodista y autor de ciencia ficción que ha escrito sobre la web desde sus inicios.

Ahora, los estafadores pueden enviar millones de mensajes de texto y correos electrónicos de phishing con la ayuda de bots. “Si se pueden automatizar algunas partes, puedes lanzar una red mucho más amplia”, dijo Doctorow.

Las estafas por mensajes de texto engañaron a los estadounidenses y perdieron 300 millones de dólares en el 2022, informó la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos. Ese año, los estadounidenses recibieron 225 mil millones de mensajes de texto spam, un aumento del 157 por ciento respecto al año anterior, reporta Robokiller, una empresa que vende una aplicación bloqueadora de spam.

Estafas con “deepfake”

En febrero, un empleado financiero en Hong Kong transfirió gracias a engaños 26 millones de dólares del dinero de su empresa a estafadores que se hicieron pasar por sus colegas en una videollamada. La estafa utilizó recreaciones “deepfake” lo suficientemente sofisticadas como para hacerle creer que estaba hablando con su jefe y otros miembros del personal. (Las promociones falsas con Tom Hanks y Taylor Swift utilizaron tecnología similar).

También en febrero, el sitio web The Cut publicó un relato en primera persona de Charlotte Cowles titulado “El día que puse 50 mil dólares en una caja de zapatos y se los entregué a un extraño”.

Cowles, periodista financiera que también ha escrito para The New York Times, escribió que “una mujer educada con un acento vago me dijo que estaba llamando de servicio de atención al cliente de Amazon para corroborar una actividad inusual en mi cuenta”.

Después de que le informaron a Cowles que era víctima de robo de identidad, presuntamente fue transferida a un investigador de la comisión de comercio y luego a un agente de la CIA. Se enteró de que estaba siendo investigada por delitos federales y que su teléfono estaba intervenido.

El calvario de varias horas de duración —enteramente fabricado por estafadores— contenía todos los ingredientes de una estafa moderna, dijo Tobac, la experta en ciberseguridad. “Están suplantando a servicio al cliente, creando autoridad con detalles confidenciales de sitios de manejo de datos, esgrimiendo urgencia y miedo, y apelando a la autoridad”, afirmó.

El año pasado se denunciaron en Estados Unidos más de 600 mil casos de estafas por impostores, costando a los estadounidenses más de 2 mil millones de dólares, dice la comisión de comercio.

Las estrategias que la gente ha utilizado para protegerse de los riesgos del mundo analógico pueden no aplicar a la nueva realidad digital, afirmó Tobac. “Estamos en territorio fácil para los atacantes”, dijo. “Soy escéptica respecto de casi todo mundo”.

Como para subrayar lo que se necesita para mantener la seguridad en el mundo de estafas, a mitad de una entrevista reciente, Tobac dijo: “Este, por cierto, no es mi número real”.

©The New York Times Company 2024

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