Los fabricantes de perfumes están recurriendo a herramientas de Inteligencia Artificial para desarrollar aromas que puedan manipular las emociones de las personas.
Su experiencia es un arte que se remonta a la antigua Grecia, pero ahora los fabricantes modernos dicen que la Inteligencia Artificial puede ayudarlos a desarrollar olores que desencadenan respuestas emocionales en los usuarios.
Conocidos como neuro olores, se ha demostrado mediante medidas biométricas que los olores despiertan diferentes sentimientos positivos como calma, euforia o somnolencia.
Hugo Ferreira, investigador del Instituto de Biofísica e Ingeniería Biomédica de Lisboa, está utilizando tecnología de Inteligencia Artificial para mapear la actividad cerebral y la respuesta a los perfumes para construir una base de datos de neuro olientes.
Así lo dijo a The Guardian: ‘Con la vista y el oído, puedes imaginar el rostro de un ser querido o tu canción favorita. Es difícil imaginar un olor aunque pueda provocar un torrente de emociones y recuerdos’.
La estructura del sistema olfativo humano hace que se envíen mensajes desde los receptores olfativos a diferentes áreas del cerebro que controlan todo, desde la memoria o la sed hasta las reacciones de estrés.
Ferreira añadió: ‘El olfato es el sentido más diverso y tiene muchos receptores diferentes. Se estima que existen alrededor de 400 familias de genes de receptores olfativos diferentes. Entre otras cosas, estas diversas conexiones pueden explicar cómo podemos -oler el miedo- o el olor de la victoria’.
Muchas marcas de belleza invirtieron en investigación y tecnología neuroescentes para explorar la idea de crear fragancias que hayan demostrado que hacen sentir bien a los consumidores.
L’Oréal se asoció con la empresa de neurotecnología Emotiv para crear una ‘experiencia’ de elección de aromas.
Los compradores de tiendas selectas de Yves Saint Laurent en todo el mundo han utilizado unos auriculares para crear un electroencefalograma (EEG) para descubrir qué aromas les atraían.
Los resultados han demostrado que el 95 por ciento de los clientes que utilizan los auriculares encontraron el perfume adecuado.
EveryHuman, una perfumería algorítmica con sede en los Países Bajos, elabora aromas únicos en minutos mediante un cuestionario y algoritmos.
La fundadora de la empresa, Anahita Mekanin, dijo: ‘Mi interés en la perfumería algorítmica es el acceso que proporciona a las personas para interactuar directamente con los aromas. Como desarrollador de aromas, lo que encontré más fascinante fue que por cada aroma que se lanzaba, se creaban y descartaban miles de iteraciones. Evaluar todas esas pruebas ‘imperfectas’ que nunca llegaron a los consumidores (algunas de las cuales les hubieran encantado) fue el núcleo del proceso de desarrollo’.
