19/05/2024
12:00 AM

”Ojalá nunca nos quiten ese derecho de tener procesiones en las calles”: arzobispo Lenihan

Los feligreses acompañaron el recorrido solemne en una muestra de fe y devoción donde el obispo dijo que gracias a Dios tenemos todavía la libertad de salir sin miedo

San Pedro Sula

Con devoción y fe los sampedranos participaron en la procesión del Santo Entierro, una tradición de viernes Santo. En silencio acompañaron la urna conteniendo la imagen de Jesús muerto tras el descendimiento de la cruz para ser conducido al sepulcro.

Después de revivir el camino que Jesús realizó llevando la cruz hasta el lugar de la crucifixión en horas de la mañana, la iglesia realiza la procesión del santo entierro en horas de la tarde.

Al igual que el Viacrucis, la procesión del Santo Entierro salió de la catedral metropolitana San Pedro Apóstol, recorrió la primera calle, luego la avenida Júnior. En ese tramo desde la 1 calle hasta la 7 varias comunidades de la parroquia San Pedro Apóstol apoyadas por familias sampedranas elaboraron alfombras de aserrín por donde más tarde pasaría la procesión.

El arzobispo de San Pedro Sula, Miguel Lenihan, se mostró alegre al observar la cantidad de personas que acompañaron la procesión.

“Es la fe del pueblo y son tradiciones de muchos años. Es una bendición para la comunidad. Gracias a Dios que todavía tenemos esta libertad de poder salir sin miedo y espero que esto así siga en Honduras que nunca nos quiten ese derecho de celebrar o tener procesiones en la calle o en cualquier lugar”.

Por su parte el párroco de la catedral, Glenis Mejía, dice que cada año es una oportunidad para renovarnos y momentos de evangelización. “Los jóvenes se dan cuenta que sólo en Dios se garantiza la resurrección y la vida. Tenemos que tener mayor conciencia de nuestra vida”.

El sacerdote dijo que debemos reflexionar sobre las siete palabras que pronuncio Jesús antes de morir por nosotros. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, “Yo te aseguro que estarás conmigo en el paraíso”, “Mujer, ahí tienes a tu hijo”, “Dios mío, Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?, “Tengo sed”, “Todo está cumplido”, “Padre en tus manos pongo mi espíritu”.