Tegucigalpa

Honduras volvió a sufrir los embates de la naturaleza y todavía no está exenta de seguir padeciendo en lo que resta de la temporada y del futuro.Aunque el panorama es poco alentador considerando la vulnerabilidad dejada por casi dos meses de lluvia, para los empresarios es todo un reto invertir y el simple hecho de querer trabajar en Honduras dadas las circunstancias.

El presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada, Mateo Yibrín, contestó a LA PRENSA Premium una serie de interrogantes derivadas del reciente azote de los remanentes de la tormenta Julia, que ingresó por Nicaragua y que se desvió, sacando a Honduras de su ruta directa; pero siempre causando severos daños a la economía nacional, ya que inundó cultivos y destruyó buena parte de la red vial del país.

Aunque el meteoro fue algo benévolo, los daños son cuantiosos porque se acumulan con los sufridos en septiembre, un mes demasiado lluvioso que inundó gran parte del valle de Sula, luego de que el río Ulúa se desbordara.

Yibrín hace referencia a esa situación y a la difícil realidad que enfrentan aquellos que dejan todos sus capitales en inversiones, muchas de ellas ahora mismo bajo el agua en el valle de Sula.

El país de nuevo sufre por inundaciones y estamos en plena emergencia para cuantificar daños, pero veníamos de padecer un septiembre tormentoso que dejó muchas afectaciones. ¿Cómo es querer trabajar en estas condiciones?

Vivimos en un país que es afectado año tras año por el cambio climático, que es un cambio climático provocado por las principales potencias del mundo, y nosotros aquí estamos sufriendo las consecuencias. No es fácil producir en Honduras bajo esas condiciones, especialmente ser un productor del campo, un agricultor.

No es fácil en Honduras, ya que todos los años corres el riesgo de perder tu cosecha, tu producción, tu infraestructura, tu ranchito, tu bodega, tu granjita, lo que has hecho con tus ahorros, pues prácticamente año a año lo vas perdiendo debido a tanto deslizamiento y tantas inundaciones que afectan nuestros valles. Así que trabajar bajo esas condiciones solo es de gente heroica, gente que realmente arriesga todo lo que tiene para salir adelante y para sacar adelante a su país.

El agro es el más afectado porque son cientos de hectáreas las inundadas. ¿Cómo impacta esto a la economía nacional y del mismo empresariado?

Esto pega directamente en el producto interno bruto. Y si, el agro es el más afectado, especialmente en un valle tan rico como es el valle de Sula. Hoy miraba, por ejemplo, que gran parte de los bajos de Choloma están inundados, gran parte de los bajos y alrededor del aeropuerto de San Pedro Sula también.

Esto va a causar pérdidas millonarias a la producción nacional, y esto lo que hace es que la gente deje de invertir en el campo. Hace que sea más difícil el acceso a crédito para el productor agrícola, ya que no solo corren el riesgo los productores agrícolas por las invasiones, sino que también corren el riesgo por las inundaciones.

La red vial también fuertemente impactada, ¿eso de qué manera afecta a todos los sectores productivos del país?

Para que un país se desarrolle tiene que tener una red vial que funcione, y no solo las carreteras principales, sino que también las secundarias y terciarias. Son claves que estén en buen estado para que pueda haber dinamismo económico, para que la gente del interior del país pueda tener actividad económica, pueda tener desarrollo, pueda tener educación, pueda generar riqueza y empleos.

Es vital que se invierta en la red vial del país, especialmente en toda la zona noroccidental, que ha sido olvidada en los últimos 12 años. Es una vergüenza que la carretera CA-4, que va de Chamelecón hasta La Entrada, Copán, prácticamente esté totalmente destruida.

Se manejó que las inundaciones de septiembre recién pasado dejaron más de L700 millones en pérdidas estimables. Ahora que la afectación es nacional, ¿se podría pensar en un impacto mayor?

No podemos pensar en un valor económico, es muy temprano decir y para cuantificar las pérdidas, pero son al menos varios miles de millones de lempiras en pérdidas.

Todo el mundo ha venido hablando de que la solución para ya no padecer más por este tipo de acontecimientos son las represas El Tablón, Los Llanitos y Jicatuyo, además de mejores bordos. ¿Y mientras se construyen algún día qué se puede hacer?

Primero, no hay que engañar a la gente. Hay que decirles que las represas van a tardar de 3 a 5 años en construirse, si es que se empieza ahora. Mientras tanto lo que hay que hacer es reforzar las bordas, limpiar y ampliar canales, dragar algunos sectores del valle. No se puede hacer mucho más que eso mientras no se construyan las represas.

Su valoración sobre la vulnerabilidad del país. Cada temporada lluviosa se va volviendo más crítica...

Es muy probable que Honduras en los próximos años vuelva a sufrir el embate del huracán tipo Mitch o Eta y Iota, es muy probable. Las probabilidades cada año aumentan más de que tengamos embates de huracanes fuertes y vamos a seguir corriendo ese riesgo y vamos a tener que convivir con ello.