26/04/2024
12:56 AM

Gran significado

    Los mensajes en estos días apuntan hacia la naturaleza e intención misma del mensajero de manera que, con sinceridad ciertamente, nos llegan direcciones que podrían sorprender, pero no tanto porque hay espacio y tiempo en estos días para el descanso con diversión incluida y para la participación en las celebraciones religiosas solemnes que la mayoría de los hondureños comprende y acepta como núcleo de su fe, pasión, muerte y resurrección del Maestro.

    Es la semana mayor, Semana Santa, con un inmenso valor religioso, pero también cultural que se evidencia en numerosos lugares del país con procesiones, creación de obras de arte en alfombras en las calles, toque especial que de la cocina rural ha pasado a la urbana con guisos, postres y bebidas propias de estos días que concentran historia familiar, eclesiástica y nacional.

    Nada extraño que los mensajes en el ámbito eclesial es el acercamiento a la figura del Maestro para comprender mejor su mensaje y poder así rescatar la convivencia armónica en nuestra sociedad, hoy dividida, polarizada y ciega en la ruta para la búsqueda y encuentro de mejor calidad de vida en paz y libertad. Ese es el desafío hacia el que deben apuntar los esfuerzos creativos de convivencia armónica en la que la comprensión y el respeto sean columnas firmes y centrales.

    “Erradiquemos el odio y el egoísmo de nuestros corazones y tengamos corazones de amor y no de piedra, capaces de amar como Cristo nos ha amado”, fue el anhelo expresado por el arzobispo sampedrano Michael Lenihan al presentar el mensaje previo a la Semana Santa como es tradición en la curia arzobispal. Y es que no es para menos, pues en estos días se logra en la mayoría de las comunidades cristianas una vivencia muy particular de todo aquello que los evangelios relatan de los últimos días de Jesús, casi, casi al minuto hasta llegar al núcleo de la fe, la resurrección.

    Nada extraño que el arzobispo haya señalado en la misa del Domingo de Ramos que “no desperdiciemos este tiempo en vacaciones o en diversión, es una semana de fe y meditación”. Sin olvidar la solemnidad y la fuente de la fe, los hondureños necesitamos también salir del peso diario de la angustia, del estrés y de la cadena de frustraciones, todo ello sin perder la cabeza, pues los riesgos son enormes tanto en la conducción de vehículos como en el abuso de la bebida. Semana Santa tiene un gran significado para los fieles y también gran oportunidad de descanso y tranquilidad si se vive en familia, si la convivencia se fundamenta en la cordialidad y el respeto. Que los feligreses sientan el paso del Señor y todos, la satisfacción de unos días de tranquilidad.