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Frijoles, contaditos

  • 25 julio 2023 /

    Como cada año, allí donde la ayuda es asistencial, es decir, para hoy, mañana será otro día, los problemas se agravan. Vuelve el rosario de quejas y la ayuda se repite con un mensaje implícito muy a gusto de los políticos, pues siempre les queda gente a quienes atender y cada vez son muchos más los necesitados. Basta echar una mirada al corredor seco en nuestro país, donde se han marchitado, como las siembras, las esperanzas de cosechar, por lo menos, para comer.

    No es exageración ni tremendismo, pues el trabajo periodístico de LA PRENSA proporcionó testimonios directos y veraces de familias que hacen “malabarismo y magia” para tener algo en el plato y poder subsistir, pues no en vano está comprobado que los pobres son víctimas de políticas sectarias y aislacionistas agravadas por las secuelas innegables del cambio climático. Un año más, pero peor en esas tierras, en las que, por generaciones, se mira al cielo a la espera de nubes que anuncien la llegada de las lluvias.

    “Frijoles, contaditos y sin machacar”, explicaba una madre al hablar sobre la comida en la casa para que alcanzase para todos y durasen más las exiguas provisiones que se agotan sin que haya disponibilidad de recursos para compras, pues, incluso, el maíz y los frijoles escasean en la zona. La poca ayuda gubernamental tiene objetivo identificado y, como decíamos recientemente al hablar del presupuesto de la Unah, también en el corredor seco quien parte y reparte se queda la mayor y mejor parte. La identificación del repartidor tiene claro distintivo de partido.

    La vuelta al campo proclamada por candidatos desaparece terminada la campaña política, de manera que el área rural tiene que alzar su voz en demanda de escuelas, mejoras de camino y carreteras, inversión para los cultivos y ayuda con el objetivo de incrementar y mejorar la producción y productividad, no solo desarrollar una labor asistencial. La cooperación internacional debiera también tener esa meta para su ayuda de manera que solucionemos los problemas con sostenibilidad.

    Si en otros lugares han hecho posible los cultivos en el desierto o han logrado encauzar las aguas de los ríos mediante embalses y canales, ¿por qué no “se enciende el foco” y en vez de tren transoceánico u otros proyectos “galácticos” no dirigimos la visión a producir lo que comemos y no tener que comprarlo afuera? Aquel granero de Centroamérica desapareció y las secuelas serán cada vez más graves. Hoy toca un huevo para toda la familia, y la madre, además de servir lo poco que hay, va contando los frijoles para que alcancen y en el plato sea igual para todos la pobreza y la miseria, que desde el uso y abuso del presupuesto no se ve.