20/05/2024
01:51 AM

Las tareas de tránsito

Víctor Ramos

La semana pasada estuvo de visita en Honduras el Sr. Enviado Especial de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial, Jean Todt. Su tarea era conocer las estadísticas de los accidentes, el número de lesionados y muertos en las calles y las carreteras. Las recomendaciones fueron obvias, todas ellas contenidas en los repetidos escritos sobre este tema publicados en esta columna: “Es necesario educar a la gente, aplicar la ley, mejorar la calidad de la infraestructura y el sistema de castigo”. Las estadísticas de morbilidad y mortalidad son alarmantes. Según datos, los fallecimientos por accidentes de tránsito ocupan el segundo lugar después de los fallecimientos por criminalidad.

Coincidiendo con esta visita, ocurrió otro accidente mortal (dos víctimas y un camión con su carga destrozados) en la curva de la muerte en la Cuesta de la Virgen. Ese sitio es de alta peligrosidad para conductores y pasajeros y ahí es en donde ocurren accidentes con alta frecuencia. Cuando se hacía la ampliación de la carretera a cuatro carriles sugerí que las pistas de ascenso se hicieran en el otro lado del cañón para evitar estas tragedias. También sugerí colocar un espejo que permitiera a los autos en ascenso ver si viene un furgón de gran tamaño desbocado o en descenso para esperar el paso de manera segura, también sugerí la construcción de un freno de arena (los vi en la carretera de Guatemala a La Antigua y debería construirse uno también en donde estaba el peaje de Yojoa), construir un muro resistente para separar las vías de ascenso de las descenso. Todo esto nunca tuvo respuesta y ahí, cada vez que pasamos, estamos expuestos a sufrir un accidente mortal. Pero, parece que –como dice nuestro pueblo- “no se oye, Padre”.

Debemos construir, mediante el sistema de concesión, las carreteras de mayor tránsito y de importancia económica, de cuatro carriles. La mayoría de las carreteras, deben repararse inmediatamente, sin importar que haya planes para rehacerlas. Sugerí la construcción de un tren interoceánico entre Cortés, Trujillo y San Lorenzo para liberar las carreteras del transporte pesado que más accidentes produce. Tito Livio Sierra se postuló con esa idea y pocos votaron por él. Ahora sabemos de su sabiduría porque servirían para solucionar los problemas del Canal de Panamá.

La policía de tránsito debe ser dotada de instrumentos adecuados para controlar los excesos de velocidad y el cumplimiento de las limitaciones de la velocidad en todos los puntos de las carreteras y las calles. El Ministerio de Educación debe cooperar mediante un examen general, a todos los poseedores de licencias, para demostrar que saben leer y escribir y los exámenes de salud mental, síquica y oftalmológica deben realizarse en los establecimientos de salud públicos escogidos para tal efecto.

La policía de tránsito debe, al detener a un conductos en la vía, interesarse porque no vaya borracho por alcohol o estupefacientes, que lleve sus triángulos, sus cables de pasar corriente, su gato, su llave de ruedas, su rueda de repuesto, un chaleco reflectante, un extinguidor, una linterna de mano, y que los frenos y las luces estén en buenas condiciones y sean las reglamentarias, sin olvidar el desgaste de las llantas: deben tener, los policías, un medidor de profundidad recomendada. No permitir la importación de llantas usadas ni autos con llantas peladas.

Hay que reexaminarse a los conductores en el conocimiento de la Ley de Tránsito. Los conductores no saben, por ejemplo, cómo se usan los redondeles, y tampoco lo saben los policías.

Y qué decir de los buseros y taxistas. Ya me he referido a ellos como una raza de indomables. Por eso la sugerencia del enviado de la ONU de incrementar las sanciones por violación de la Ley, por parte de Tránsito, hará a los conductores manejar con prudencia y evitar la pérdida de su vida o la de sus pasajeros y peatones.

Con la tarea, para cada policía, de entregar 100 sanciones diarias a los conductores que se resisten a cumplir las reglas, habrá más prudencia y un descenso significativo de la morbilidad y mortalidad por tránsito en calles y carreteras. Y preservará los automóviles.

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