Honduras, como el cuarto mayor exportador mundial de café, ha consolidado su reputación en la industria cafetalera global. Sin embargo, a pesar de su renombre en los mercados internacionales, ¿Qué ocurre con el café especial que se consume dentro del país?
Lisandro Padilla, propietario de Seis Montañas Café, una empresa exportadora con sede en La Labor, Ocotepeque, asumió el desafío de garantizar que los hondureños disfruten de café de la más alta calidad en cada rincón de su territorio. Con este fin, se puso en marcha un ambicioso proyecto de expansión de mercado que busca hacer accesible el café especial a nivel nacional.
“Este proyecto es de gran significado para mi familia, mi esposa e hijos. Nos hemos fijado metas dentro de un emprendimiento que abarca desde la producción primaria hasta los procesos de trazabilidad en la exportación y el procesamiento del café, todo con el objetivo de llegar al consumidor nacional”, afirmó Padilla.
Con el apoyo incondicional de su esposa Arely Peña, Lisandro se ha propuesto ofrecer “un café de primera categoría, cultivado a gran altitud, que normalmente se exporta y no se consume en el mercado local. Nosotros queremos marcar la diferencia”.
Con un equipo multidisciplinario, Seis Montañas Café lanzó su nueva imagen de productos, que incluye variedades como Caltimoro, Geisha y Catuai, todas ellas de calidad superior y premium, así como una selección de café tradicional con variedades Parainema y Lempira.
El café de Seis Montañas alcanzó una puntuación del 88.92 en la escala de la Taza de Excelencia, certificado como SHG (Strictly High Grown) por su cultivo a 1,800 metros sobre el nivel del mar, lo que garantiza su calidad excepcional.
Con una red de 14 distribuidores a nivel nacional, Seis Montañas Café tiene como objetivo posicionar hasta 150,000 libras de café mensuales en Honduras, generando al menos 65 nuevos empleos y estimulando la economía local.
“La cultura del consumo de café en la región occidental ha experimentado un cambio notable. En esta zona, nos hemos vuelto exigentes con la calidad del café debido a nuestra condición de productores. Sin embargo, queremos fomentar esa misma cultura en el resto del país. La gente está cada vez más interesada en conocer y degustar café de alta calidad, e incluso hemos observado cómo se ha adoptado la práctica de tomar café sin azúcar, ya que creemos firmemente que el buen café no necesita endulzantes”, compartió entusiasmado Padilla.
Un legado familiar
Arely Peña, esposa de Lisandro Padilla, compartió que el sueño de establecer una marca de café reconocida es un proyecto familiar que comenzó hace 20 años.
“Comenzamos nuestra trayectoria en la producción primaria hace dos décadas, y hace cuatro años nos aventuramos en la creación de nuestra propia marca y proceso. Ha sido un sueño hecho realidad. Somos una familia ocotepecana con raíces profundas en la industria del café. A pesar de los sacrificios, vale la pena seguir adelante”, afirmó.
Se estima que en el mercado nacional se consumen mensualmente 2.4 millones de libras de café, lo que representa aproximadamente el 26.9% de la producción nacional anual. Por lo tanto, consumir café de calidad de exportación es un paso fundamental que los amantes del café en Honduras deben tomar.
