¿Qué pasa cuando nos enamoramos?

Enamorarse reduce la producción de cortisol, una sustancia relacionada con el incremento de la tensión arterial, entre otros beneficios.l

  • 17 jun 2023

Cada vez que te enamoras, un montón de mecanismos se ponen en marcha en tu cuerpo. Todos ellos se activan, eso sí, desde el cerebro, así que podría decirse que el amor es, en realidad, una cuestión más de mente que de corazón.

El organismo enamorado libera sustancias químicas responsables de los típicos síntomas del flechazo, y también causantes de esas sensaciones de euforia y felicidad que nos invaden. Las más importantes son la dopamina, la adrenalina y la norepinefrina.

La dopamina eleva nuestro deseo sexual y además aumenta nuestra capacidad de concentración y nos hace sentir eufóricos, al igual que la norepinefrina, que también es responsable de que se nos quite el hambre.

¿Pero sabes cuál es el papel de cada una de ellas en el enamoramiento? La oxitocina es, según muchos neuropsicólogos, la hormona que facilita la creación de los lazos de confianza y unión entre los amantes.

Es decir, cuanta más oxitocina se libera, más ligado te sientes a la otra persona. La oxitocina es una sustancia endógena. Esto quiere decir que nuestro cuerpo la segrega de forma natural. Se produce en el hipotálamo y se libera en la hipófisis provocando excitación y embelesamiento.

Por ejemplo, en un orgasmo se liberan grandes cantidades de oxitocina. Aun así, los seres humanos también la liberamos en otros momentos de contacto físico, a diferencia del resto de los mamíferos. Una de estas situaciones puede ser cuando nos cogen la mano, nos acarician o nos abrazan.

Los niveles de segregación hormonal también están influidos por nuestras creencias y percepciones. Esto implica que nuestros prejuicios, expectativas, experiencias pasadas o fantasías afectan a la hora de liberar estos químicos.

Esto implica que, en ocasiones, son nuestros miedos los que actúan como barrera para inhibir esa producción de oxitocina, o nuestra actitud positiva la que lo va a acelerar, lo que influye en la percepción de enamoramiento.

La oxitocina es también un gran desinhibidor y la responsable de que nos arriesguemos con el objetivo de luchar por la relación.

Como consecuencia de la liberación de altos niveles de oxitocina se segregan otros neurotransmisores muy importantes en el enamoramiento: la dopamina y la serotonina.

La dopamina activa nuestro sistema de recompensa y facilita el aprendizaje y mantenimiento de las experiencias percibidas como placenteras: una comida que nos encanta, un masaje relajante o, por supuesto, una cita con esa persona especial que estamos conociendo.

La dopamina es responsable de que queramos repetir una y otra vez ese encuentro con nuestra pareja, o esa noche de pasión. Queremos sentir de nuevo esas sensaciones placenteras que tenemos asociadas a la experiencia.

Pero puede ser que esos niveles de dopamina que se producen dejen de ser suficientes, porque nos habituamos a ellos o porque, por algún motivo, el nivel baja... ¿Entonces qué sucede? En ese momento se generan las siguientes sensaciones: “no es suficiente”, “yo necesito más”, “la relación se está enfriando”, “ya las cosas no son como al principio”.Cuando esto sucede, podemos tener una sensación parecida al síndrome de abstinencia en el caso de una adicción.

Experimentamos cierto malestar difícil de gestionar: apatía, tristeza, falta de energía para hacer cosas... Sentimos que no vamos a poder salir de esa situación.

Esto es porque nuestros niveles de dopamina han bajado bruscamente o no están al nivel que necesitamos para mantener la misma percepción de bienestar, y sentimos un gran desconcierto que no sabemos cómo abordar.

Es aquí donde se deben buscar otras experiencias que permitan mantener ese nivel de bienestar. También, la serotonina actúa sobre nuestras emociones y estado de ánimo. Es responsable de nuestro optimismo y bienestar.