¿Cómo ayudo a mi hijo a mejorar su inteligencia emocional?

Cuando los niños aprenden a reconocer sus sentimientos, desarrollan otras habilidades esenciales para el éxito en la vida

La inteligencia emocional es un conjunto de actividades con la que todos los seres humanos nacen. Estas habilidades son evidentes en la resolución de problemas, la toma de decisiones y la regulación emocional.

Se desarrollan y fortalecen naturalmente a lo largo de todas las etapas de la vida. Es importante recordar que la inteligencia emocional es un conjunto inherente de habilidades con las que las personas nacen.

Sin fomentar estas habilidades, las personas pueden tener dificultades para relacionarse con los demás, desarrollar empatía y ejercer el autocontrol.

Existen cuatro tipos de habilidades emocionales que son importantes y se desarrollan:

1. El autocontrol de las emociones al momento de poder comunicarnos con los demás
2. La automotivación, si usted mismo no se motiva, ¿quién más lo hará?
3. Habilidades sociales, son todas aquellas habilidades que tiene para relacionarse con los demás para crear grupos.
4. Ser una persona introvertida o extrovertida, pregúntese, ¿será que cuando voy a una reunión me cuesta hacer amigos o en la escuela?
5. La empatía, ponerse en el zapato del otro, es realmente sentir lo que el otro está sintiendo, de este valor parte la solidaridad humana que tiene como persona.

La inteligencia emocional y las habilidades se vuelven más fáciles de identificar si los niños necesitan fortalecerlas, porque estas son emociones.

Es importante señalar que los niños no carecen de estas habilidades, ya que están presentes desde el nacimiento. Por ejemplo, las señales de que un niño puede necesitar apoyo emocional son: inestabilidad emocional, cambios de humor frecuentes, demostraciones de violencia, dificultades en la comunicación y resolución de conflictos que conducen a un comportamiento violento y cambios en el apetito.

Al observar estos indicadores, se puede brindar el apoyo necesario para ayudar a los niños a desarrollar y mejorar su inteligencia emocional.

El rol de los maestros.

La importancia de que el niño interactúe con menores de su misma edad. El centro educativo es el mejor lugar para que un niño comience a establecer relaciones sociales con compañeros de su misma edad, algo que ayuda mucho en el desarrollo de su inteligencia emocional, en caso de que el menor pase rodeado de adultos en su casa.

Como ya es del conocimiento de muchos, si no está bien comido o descansado su estado de ánimo va a cambiar y no rendirá de la misma manera, es igual con un niño.

Los maestros juegan un papel importante en el fomento de la inteligencia emocional en los niños, especialmente durante sus primeros años.

Ayudan a los estudiantes a desarrollar habilidades para reconocer y comprender sus emociones, tanto en la vida cotidiana como en situaciones emocionales.

Los maestros son agentes importantes en la vida de los niños, ya que pasan la mayor parte del tiempo en la escuela. Es allí donde los docentes pueden identificar conductas, emociones y momentos en los que los niños se sienten incómodos o felices.

“Por ejemplo, si un niño es muy emocional y responde bien a palabras afirmativas como “lo hiciste bien” o “eres un buen niño”, estas palabras fortalecen su autoestima e inteligencia emocional.

Esto le permitirá desenvolverse en diferentes ámbitos y tener habilidades de comunicación efectivas tanto con sus compañeros como con sus maestros”, mencionó Cinthya Ardón, licenciada en psicología.

La familia.

Los padres de familia juegan un papel muy importante en la educación de los niños. “La familia es la base de la sociedad y los padres son los primeros educadores de sus hijos” añadió la experta.

En el hogar es donde se aprenden las primeras reglas, valores, costumbres y tradiciones. Los padres son los primeros docentes de sus hijos.

Por lo tanto, como padres de familia, es importante reconocer lo que les gusta a nuestros hijos, lo que no y lo que les interesa o no.

¿Cómo pueden los padres ayudar a desarrollar la inteligencia emocional en sus hijos?

Explicándoles que sus emociones son importantes. Ayudándoles a identificar cuándo y por qué se sienten tristes o molestos. Es fundamental que desde temprana edad aprendan a conocerse a sí mismos, a tener un concepto claro e identificar sus habilidades, fortalezas y las áreas que deben fortalecer. Estos aspectos son de suma importancia para su desarrollo.

Cuando un niño está molesto por algo, es importante hacerle saber que sus sentimientos nos importan y que empatizamos con él respecto a esa molestia.

Sin embargo, como padres, nuestro papel es enseñar y decirle: “Entendemos que estás triste o enojado, pero esa causa no es motivo para desencadenar otras conductas como la violencia o volverse solitario o callado. No debes temer expresar cómo te sientes o lo que piensas”.

Es fundamental fomentar un ambiente seguro donde el niño se sienta cómodo compartiendo sus emociones y pensamientos. Los padres pueden brindar apoyo, guiarlos en la resolución de conflictos y enseñarles formas saludables de lidiar con las emociones.

Al hacerlo, se fortalece la inteligencia emocional del niño y se promueve su bienestar emocional. Es importante brindarles a los niños la confianza de que pueden expresar sus emociones, ya sea tristeza, felicidad o enojo.

Sin embargo, también es fundamental enseñarles que esas emociones no deben ser motivo para desencadenar comportamientos inapropiados para su edad.

Les podemos explicar que está bien sentirse tristes, felices o enojados, pero que es importante canalizar esas emociones de manera adecuada.

Por ejemplo, podemos enseñarles formas saludables de expresar sus sentimientos, como hablar sobre lo que les sucede, buscar soluciones a los problemas o buscar actividades que les ayuden a calmarse.

Al establecer límites claros y enseñarles habilidades de manejo emocional, les estamos proporcionando herramientas para que aprendan a regular sus emociones y a comportarse de manera adecuada.

Esto les ayuda a desarrollar una inteligencia emocional sólida y a enfrentar los desafíos de la vida de manera positiva.

“Los niños traen un carácter y un temperamento. Con uno se nace y el otro se forja a medida van creciendo” comentó Cinthya Ardón, licenciada en psicología