La electricidad no es la única energía que se ha encarecido en los últimos meses. También lo ha hecho el gas, que es el combustible de elección en muchos hogares para calentar agua o cocinar.
Preparar los alimentos puede que no sea la actividad que consuma más gas, pero sí puede suponer un gasto mayor si no prestamos atención a los utensilios que calentamos en él oa la limpieza de los fogones, por ejemplo.
Para evitar desperdiciarlo cuando cocinamos, se recomienda cuidar la higiene de los quemadores. Porque si estos presentan alguna obstrucción debido a la grasa, puede darse una mala combustión, emitiendo una llama más débil y aumentando el gasto energético. Por suerte, limpiarlos es bastante sencillo.
Se debe extraer las cabezas de los discos de metal y luego retirar la cabeza de cada quemador. Se deja todo en remojo unos 20-30 minutos en un recipiente con agua y jabón para que la suciedad se ablande, y luego frotamos con la esponja. Si las manchas no desaparecen, podemos cubrir las piezas con una mezcla de bicarbonato y agua y volver a frotarlas.
Consejos útiles
1. Tener los alimentos picados y descongelados puede ser útil para ahorrar gas, ya que no estarán encendidos por mucho tiempo.
2. Controlar la temperatura. Es recomendable empezar a cocinar con el fuego alto e ir bajándolo poco a poco.
3. Usar olla a presión. Puede alcanzar presiones más altas que la atmosférica, o sea, el punto de ebullición del agua es más.
4. Tapar las cazuelas siempre que no se contradiga con la receta. De este modo, se mantiene mejor el calor y se requiere menos energía.
5. Prepare la comida y cocine de una vez varios platos de la semana, así se encienden menos veces la estufa.
6. Otro modo de ahorrar gas durante el cocinado es elegir bien los recipientes que usamos: el material es importante.
