Aunque en Honduras se hizo un ajuste al salario mínimo de entre 5.5% y 7% para 2024 y 2025, las personas que trabajan en empresas de entre 1 y 10 plazas no pueden costear la canasta básica de alimentos, integrada por unos 30 productos.
A febrero pasado, el costo promedio per cápita de la canasta básica era de L2,449.32, al multiplicarlo por cinco miembros de una familia resulta en L12,246.6 al mes. En L12,240.1 cerró la cesta alimenticia en 2023.
De la agricultura, silvicultura, caza y pesca son los obreros más afectados, ya que su remuneración para 2024 es de 8,581.45 lempiras en las empresas con un máximo de 10 empleados, mientras que las que tienen contratados de 151 trabajadores en adelante ganan L10,786.53 al mes. La diferencia entre el salario y el costo de la canasta es de entre 3,665.2 y 1,460.1 lempiras.
Las microempresas de la industria manufacturera están a 738.9 lempiras menos del costo de la CBA, y a medida vaya al alza se dificultaría acceder a la totalidad de consumibles.
Una compensación de 11,885.95 lempiras reciben los empleados dedicados a la construcción, comercio al por mayor y menor, incluyendo de restaurantes y hoteles en las organizaciones con el número de trabajadores mínimos, por lo que sus salarios están por debajo de la cesta de alimentos en 360.65 lempiras.
En el caso del salario mínimo para los establecimientos financieros, bienes inmuebles y servicios prestados a las empresas, que tiene la mayor paga mensual de 151 obreros en adelante, cuando solo emplea a 10 personas su remuneración es inferior apenas 36.5 lempiras que la canasta básica.
Aspiraciones
“La microempresa tiene crisis, tiene problemas y hay que tratarla de esa forma, independientemente de que esto no satisfaga lo que los trabajadores aspiran en ese sector, que está con salarios indignos e indecentes realmente”, declaró el secretario de la Central General de Trabajadores (CGT), Daniel Durón.
Según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de marzo de 2023, elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), de los 2.1 millones de asalariados de ese momento, al 71%, equivalente a 1.5 millones de personas, se les pagaba menos del salario mínimo establecido.
El dirigente obrero José Luis Baquedano mencionó que “el trabajador hoy gasta más y recibe menos, ha perdido entre un 10% y 12% la capacidad adquisitiva; el salario mínimo no le permite cubrir el costo real de la canasta básica”. En muchos hogares se requieren dos salarios mínimos para cubrir la canasta alimenticia y el resto de necesidades vitales.
