04/05/2024
12:01 AM

Kevin Espinoza, llamado “gordo” y se fue “mojado” ¿El problema con Vargas y Uberti?

En el 2021 decidió retirarse del fútbol profesional en Honduras luego de su paso por Marathón, donde logró un título y un año en Real España.

San Pedro Sula, Honduras

La vida de Kevin Espinoza dio un giro inesperado, quería seguir jugando en la Liga Nacional de Honduras con su amado Marathón, pero todo cambió. Ahora, su presente se encuentra en Estados Unidos donde lleva 3 años viviendo, pero no olvida el recorrido que le tocó cuando se fue de “mojado”.

Todo inició cuando se aleja del fútbol profesional a inicios del 2021, tenía su hogar en la colonia San Jorge, sector de Cofradía, Cortés, pero decidió que su esposa e hijos tenían que tener una vida mejor y eligió irse para Estados Unidos.

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“Había jugado muchos partidos en Estados Unidos con Marathón y con la Selección Sub-20, pero mi esposa e hijo no tenía una VISA, entonces nos venimos mojados los tres y aquí estamos, echándole ganas para salir adelante”, recordó el exjugador quien actualmente tiene 31 años. “Aquí es un cambio de 90 grados, uno está acostumbrado a hacer bastantes cosas, la vida es así, vivir el momento, lo que toca. No arrepiento después de buscar otros aires”.

La inmigración es un tema extenso y que muchas familias de Honduras lo viven a diario, buscando el famoso “sueño americano”, pero el sacrificio es enorme. Muchos dejan atrás a sus seres cercanos, no tienen para comer y muchos más sufrimientos. Todo eso llena de nostalgia a Kevin. “Sí, es un camino muy difícil, pero todo sacrificio tiene su recompensa y aquí andamos. Es un camino muy peligro, difícil, gracias a Dios cuando uno pone los planes con Dios se hace más fácil”.

Kevin Espinoaz y su familia en Estados Unidos.

¿Qué lo marcó durante el trayecto? Y es un momento donde Kevin Espinoza no duda en hablar porque rozó la muerte junto a su esposa e hijo, lo tiene bien grabado en sus memorias cuando estaba cerca de dar el paso final para ingresar a las tierras del Tío Sam.

“Sucedió cuando ya nos iban a entregar a migración, estábamos en la mera frontera y viajamos unas 18 familias en una van (vehículo) y cuando íbamos por una calle solitaria de repente el chofer nos dijo que nos venían siguiendo y entonces aceleró el carro. El terreno era tipo gravín y el auto se deslizó, se hizo a un lado de la carretera y nos fuimos a estrellar a un árbol. Yo iba con mi hijo en mis brazos y por poco también nos dimos vuelta, mi esposa iba bien agarrada. Ahí es Dios quien nos cubre, nunca me ha dejado de la mano. En ese momento fue Dios quien nos cuidó en ese accidente”, rememoró.

Al llegar, se instaló primero en Los Ángeles y luego decidió radicar en Houston, donde se encontró un ambiente diferente y decidido a trabajar para salir adelante. “Actualmente aquí nos dedicamos a la construcción, pero también hacemos de todo tipo de remodelación de casas, electricidad, ponemos pisos, gabinetes, plomería, etc”.

¿Y el fútbol? Fue su sueño siempre ser jugador profesional y lo logró en el club de sus amores en 2012, ahora tiene otro punto de vista. “Siempre venimos a jugar los sábados, conocí un amigo, pero la verdad con lo que yo había vivido en Honduras no quería saber nada de fútbol. Como quien dice, el fútbol se salió de mí. Entonces mi amigo insistió de ir a jugar y en unas tres semanas acepté, pero él no sabía que fui jugador profesional. Y un jueves fuimos a jugar a cancha sintética, ganamos con un 4-3 y yo metí esos cuatro goles (risas), quedaron encantados. Aquí juegan varios exjugadores como Boniek García y el Chino Discua, pero ya no quiero jugar. Sólo voy a potrear los sábados, pero el domingo uno va por dinero”.

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¿Cómo se retira del fútbol?

Estábamos jugando, nos habíamos consolidado en Marathón, en Real España no nos fue muy bien. Hubo problemas internos del equipo, cuando uno está consolidado y hay cosas que no le parecen, estonces se toman decisiones diferentes.

¿Fue algo que lo obligó?

Fueron problemas con el cuerpo técnico que estaba en ese momento en Marathón. Yo estaba contento, pero había cosas que uno no podía estar aguantando. Era una falta de respeto hacia mí por cómo me estaba tratando el cuerpo técnico hasta en los entrenos. Decidí rescindir contrato, llamé a otros equipos y existió esa posibilidad, incluso me buscaron otros clubes, en lo económico no llegamos a un acuerdo y uno tiene que buscar el bienestar de la familia.

¿Lo que pasó fue con el profe Héctor Vargas?

Sí, siempre con Vargas, fueron unos problemas que no podía seguir aguantando de la forma en que me estaba tratando, entonces decidí salir del equipo.

¿Prevalecen los buenos momentos a pesar de los malos?

Siempre fueron buenos momentos, cuando jugaba la gente lo miraba que era de los que sobresalía y le metía mucho coraje, sudaba la camiseta, tuve el apoyo de la afición, mis compañeros y familia. Le doy gracias por todos los momentos en Marathón.

¿Quedó resentido con Héctor Vargas?

Pues sí, me trataba de marginar y los mismos compañeros del equipo se explicaban de la forma que lo hacía. Por eso fue que yo decido dejar al Marathón y no quise seguir luchando para ir a otros equipos porque en lo económico no se daba. Uno debe estar donde se siente bien.

¿Cuál fue el motivo verdadero del problema con el profe Vargas?Porque decía del sobrepeso, que estaba gordo... Y yo le decía ‘así como dice que estoy gordo, pero así quedamos campeones, siendo uno de los que más jugó y parte fundamental del equipo y ahora me viene a decir que estoy gordo’. Después ya me quería decir cosas y no lo quise escuchar, en mi caso, luego de ser titular a ser parte del tercer o cuarto equipo. no hay respeto hacia uno. No quería estar en problemas y tomé la decisión de irme. Jugué en las semifinales y final de volante, y el resto del torneo lo hice como lateral izquierdo, fue buen campeonato en 2018.

Kevin Espinoza y sus padres en Honduras.

¿Ante los reclamos, te sentías en óptimas condiciones para jugar?Pues sí, era lo que ellos decían... El entrenador y el preparador físico (Luis Ayala) se metían en sus rollos y lo repito, mis compañeros tampoco entendían eso. Yo me sentía bien, nunca fui flaco, siempre he tenido un cuerpo fornido. Algunas veces subí de peso, pero volvía al peso que me mantenía para jugar. Yo estaba en óptimas condiciones para jugar, incluso, no me llevaban en lista para un partido y de repente me ponían a jugar en un clásico porque sabía de mi capacidad. La verdad nunca me lo explicaba, tal vez era para que me miraran mal en los clásicos, pero siempre trataba de hacer las cosas de la mejor manera. La directiva y mis compañeros siempre me respaldaron, el pleito fue entre Vargas y el preparador físico.

¿Cuánto era su peso para ese torneo del problema?

Exactamente no recuerdo, pero casi igual al peso en qué quedamos campeones, cerca de 190 libras, no era el peso ideal para un atleta, pero yo me sentía bien y respondía en el campo.

¿Volvieron a hablar después, todo quedó resuelto?

No, ahí quedó todo eso. Una vez salí de Marathón no tuve contacto con él, para nada.

¿Pasar de Marathón a Real España generó polémica?

La verdad que sí, fuimos para adelante. Llegó el momento en que perdimos la final con el Olimpia en 2013 y tenía contactos con Real España, luego me fui donde ellos. Llegué a un acuerdo. Fue una etapa muy difícil con Real España, pero si ven el año que jugué, el rendimiento fue bueno. Luego vinieron otros problemas con el gerente (Daniel Uberti) que tenía el equipo.

Kevin en su etapa en Marathón.

¿Dónde se sintió mejor, en Marathón o Real España?

La verdad en Marathón me sentí muy bien, toda mi familia es aficionada de Marathón. Con Marathón viví los mejores momentos en el fútbol.

¿Qué pasó en Real España?

En ese entonces estaba Uberti, que él era el gerente... A mí fue Jaime Villegas quien me llevó a Real España, entonces creo que ellos dos manejan al equipo. Vino Uberti y se quiso meter en cosas que no se tiene que meter, lo de la gerencia es la gerencia, en el campo es otra gente y se quiso meter conmigo personalmente. Pero no me gustan los problemas, tuve para firmar por otros dos años.

¿Cuál fue el problema contigo?

Nunca entendí bien el problema, yo nunca lo traté, no sé la verdad, pero se quería meter en lo personal conmigo. De la vida fuera de la cancha, pues se quería meter en mi vida privada, entonces son cosas que no le podía permitir y ya después se enojó conmigo y no se pudo renovar. En el tema de cancha, no fue el problema, incluso le anoté un gol a Pachuca en Concacaf.

¿Siempre te molestó que se involucraran con el tema de tu peso?

La verdad que sí me afectó en algunas partes, eran en algunos momentos que los entrenadores venían con el peso mío, pero yo me sentía cómodo. Yo siempre jugaba, rendía y nunca me gustó ser banca, me enojaba si no me convocaban a un partido. Con un poco menos de peso quién sabe hasta donde pude ir a jugar, hasta el extranjero creo porque me lo decían los compañeros.

¿Algún equipo te envió con un nutricionista?

Ninguno, no me pusieron que el preparador físico trabajara especialmente conmigo. Todo era de parte mía, de jugar y no engordar demasiado, porque mi cuerpo tiene esa tendencia, siempre me cuidaba y era lo mismo. No me podía exceder y yo me cuidaba hasta en un 80% con la comida. Los trabajos de entrenamiento los completé, nunca falté a alguno, ni me quedé en la parte de atrás al correr, siempre rendí. Incluso una vez el profe Manolo Keosseián se enojó conmigo porque decía que estaba gordo, pero un partido de Copa Presidente me llevó y fui titular, armé la jugada del primer gol, colaboré con una asistencia de gol y ganamos 3-0, jugué 80 minutos, se reía conmigo y me dijo ‘sos un HDP vos’.